jueves, 18 de octubre de 2012

Entre la expectativa y la realidad


DESARROLLO PERSONAL



"El origen de toda desilusión es la expectativa exagerada"       
Cosme Díaz


La distancia entre la realidad y las expectativas que nos hacemos es proporcional a la desilusión que sentimos frente a determinadas situaciones. Cuando actuamos esperando una reacción específica de la otra persona muy probablemente nos vamos a decepcionar si no comunicamos con claridad nuestras expectativas. 

Podríamos dividir los tipos las expectativas en dos: las expectativas sobre nuestras metas y objetivos, y por otro lado las expectativas que tenemos de los demás. Las expectativas que tenemos cuando nos planteamos nuestras metas y objetivos van a generar sentimientos positivos o negativos dependiendo del grado de dificultad que tengan estas metas y del historial de éxitos o fracasos que tengamos en nuestra vida. 




Cuando queremos conseguir un nuevo trabajo o realizar un viaje, inmediatamente se crea una expectativa positiva que conlleva a una emoción también positiva, estamos pensando en las cosas buenas que ésta meta traerá a nuestra vida y nos hace sentir felices. Pero cuando analizamos el cómo llegaremos a esa meta, aparecerán los retos y dificultades que llevan consigo expectativas y emociones negativas, por lo tanto, lo importante será que seamos capaces de distinguir entre lo que deseamos y lo que es realmente alcanzable, y establecer varias pequeñas metas "que nos ayuden a vivir emociones positivas tras la concesión de las diferentes pequeñas metas, lo que hará que nuestras expectativas de éxito suban" (Rivero, José 2011).

Por otro lado tenemos aquellas típicas situaciones en donde constantemente nos decepcionamos de la gente porque no actúan o responden como nosotros hubiéramos queridos. Independientemente si las otras personas actuaron mal, fueron egoístas o  hirientes con nosotros, tenemos que aprender que no podemos controlar la forma en que nuestro entorno se comporta, pero si podemos controlar el efecto que tiene el entorno en nosotros. Cada persona es un mundo, y no necesariamente tienen que responder como nosotros lo haríamos para que estén bien. 

Cuando hacemos algo esperando una determinada reacción del otro, estamos poniéndoles una expectativa muy alta que si no explicamos con anterioridad lo que estamos buscando recibir de ellos, es muy probable que nos llevemos una mala sorpresa. Por supuesto que no estoy tratando de decirles que solo den sin recibir y que no pasa nada si los demás no son recíprocos con nosotros, al contrario, creo que tenemos que aprender a dar porque todo se regresa de la misma forma, y por otro lado, funciona mejor que cuando esperamos o buscamos algo seamos claros en nuestro deseo y lo expresemos a los demás, no sólo pongamos la expectativa de que ante una "acción A" habrá una "reacción B". Si aun siendo claros no recibimos lo que nos hace sentir satisfechos y tranquilos, podemos movernos de esa situación y seguir adelante.

Las expectativas pueden ser el motor de nuestras vidas, en la medida que seamos capaces de establecerlas de manera paralela a nuestros objetivos y muy consientes de la realidad. Cada logró obtenido cumplirá una expectativa que nos brindarán momentos de éxito y felicidad. Las reacciones de los demás tendrán el efecto positivo o negativo que nosotros queramos darles si somos capaces de restarle poder a aquello que no podemos controlar.




¡Hasta la próxima... mientras tanto a ser feliz!

     @Danielita_GM

No hay comentarios:

Publicar un comentario